Artículo publicado por Carmen Prada

“La buena suerte no es casual, es producto del trabajo; así la sonrisa de la fortuna tiene que ganarse a pulso.” Emily Dickinson, poetisa estadounidense.

¿Por qué comienzo con esta frase tan sabia? ¡Sencillamente porque me parece una perla como reflexión ante la llamada suerte en el mundo laboral!

En muchas ocasiones pienso que se utiliza con demasiada ligereza la palabra “suerte.” ¿Conocemos el significado?

La R.A.E. dice que la suerte es un concepto imaginario del ser humano, al que hacemos responsable de los eventos que ocurren más allá del control de uno, sin importar la voluntad propia, la intención o el resultado deseado. Estadísticamente, puede ser definida como el resultado positivo de un suceso poco probable.

¿Eres de los que piensa que la suerte existe en el trabajo? ¿Que tu trayectoria profesional depende en gran medida de ella? ¿Que hay personas que nacen con la palabra suerte en la frente? ¿Que se tiene o no se tiene? Podría salirme una ristra de preguntas al respecto, pero creo que con éstas son más que suficientes.

La pasada semana, en una de las formaciones que impartí, tras presentarme mencioné que “he tenido la gran suerte en la vida de desarrollarme profesionalmente en todo lo que me he propuesto y disfrutando de cada una de las tareas que he desarrollado…” Cuando finalicé la frase, dejé unos 10¨ de reflexión, y a continuación pregunté a una de las personas que participaban, “¿crees que eso es tener suerte?” Dudó unos segundos y a continuación dijo: “no, Carmen, la suerte hay que buscarla, seguramente nadie te ha regalado nada…”

¡Exacto! Lo que llamamos suerte es un conjunto de situaciones y condiciones necesarias para lograr el éxito. Éste hay que buscarlo, llamarlo a la puerta, que cuando ésta se abra te encuentre allí, predispuesto, con las zapatillas de deporte calzadas para participar en la carrera, porque si de verdad lo deseas alcanzar tendrás que hacer todo lo posible para llegar a tu meta u objetivo.

Somos dueños de nuestra vida, aunque haya circunstancias que no podamos controlar o que no hayan sido elegidas por nosotros, sí nos corresponde a cada uno de nosotros tomar las decisiones más trascendentales de nuestra existencia, no somos meras marionetas sometidas al azar o al destino, es un gran error pensar que el éxito o el fracaso son simplemente una cuestión de suerte.

Han surgido un montón de empresas que como lema tienen eso de “gana dinero rápido y sencillo”, y sinceramente creo que si éstas existen y cada vez son más numerosas, es que hay un número importante de personas que creen en la suerte para lograr rápidamente el éxito.

Es triste llegar a esta conclusión, porque realmente me fastidia y mucho cuando escucho frases como “es que has tenido mucha suerte”, “la suerte también juega un papel importante”, “¡qué mala suerte tengo siempre!” No, señores, no se equivoquen, la clave no es la suerte, sino sacrificio, esfuerzo, dedicación, preparación, superación, enfrentarse a los miedos, aprender de los errores y decisiones… y todo este conjunto de circunstancias hacen que uno llegue a ese momento en su vida laboral en el que se propuso estar. El éxito se “regala” muy caro, no es una apuesta a la lotería, éste se “regala” a base de esfuerzo.

Ahora bien, si tú eres una de esas personas que te castigas y fustigas con las caídas, los fracasos, la “mala suerte” que tanto se utiliza, al final lo que quieres conseguir es autoconvencerte, porque así lo necesitas, de que todo lo malo que te sucede o todo aquello bueno que no logras, no depende de ti, sino que haces culpables continuamente a otras personas. Siento decirte que tu crecimiento profesional será nulo.

La autorrealización solo depende de nosotros, nuestras metas y objetivos nos los debemos marcar nosotros, debemos ser inconformistas, debemos tener la necesidad de crecimiento, de más y más, siendo conscientes que el dinero fácil y rápido es pan para hoy y hambre para mañana.

Sinceramente, ¿no te gustaría un día pararte en el camino, echar por un momento la mirada atrás y sentirte orgulloso de lo que has alcanzado? ¿No te apetece tener esa sensación? Pues para lograrla, debes estar siempre colocado en la línea de salida, dispuesto a arriesgarte y a caerte incluso, pero con tu mirada fija en la línea de meta.

Hay múltiples ejemplos de empresarios, deportistas, artistas, etc…que han alcanzado el éxito en sus respectivos campos. ¿De verdad piensas que lo han conseguido sin esfuerzo, sin tener una hoja de ruta, sin perseverancia, sin ilusión, sin capacidades y solamente por suerte? Seguro que no lo piensas, pues entonces empieza a eliminar la palabra suerte de tu vocabulario, pues tanto si presumes de ella como si la echas en falta, estarás haciendo un análisis equivocado de tu proceso y tu situación actual.

La suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad.

Séneca

Carmen Prada | Consultora de Desarrollo Personal y Profesional

Imagen, Pinterest.es

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